ITHACA
Por Joaquin Verdeguer
VISTA DE LA ISLA DE ITHACA DESDE LA LADERA NORESTE
Ithaca es para el navegante como el camino de Santiago para
el peregrino o el caminante.
Mi primera sorpresa es encontrarme
con una ciudad de pequeñas proporciones, en realidad un pueblo. Cuenta con una
calle principal en forma de herradura alrededor de su bahía y apenas un par de
calles más. Sin embargo al navegante no le faltara de nada, provisiones y
tabernas deleitan el lugar tremendamente acogedor. El térmico se encañona en la
bahía y los 25kn solo decaen a la puesta del sol.
VISTA DE LA BAHIA DE VATHI, LA PRINCIPAL CIUDAD DE
ITHACA
Al día
siguiente entramos en el museo de Vathi, se exponen parte de los restos arqueológicos
encontrados en Aetos, mayoritariamente de cerámica y piezas en bronce. Objetos
contemporáneos a la época de Odiseo ( Ulises ). Al salir decidimos comer en una
de las tabernas, por suerte, el dueño habla español y nos comenta que ya no se
ven muchos españoles por la isla. Probamos su delicioso Estifado ( solomillo de
ternera en salsa cocinado durante 6 h). Y Musaka al horno con unos pimientos (
especie de lasaña hecha con berenjena ). El dueño nos invita a Tsipuro (
aguardiente tipo grapa ). En la conversación,
nos comenta que el pueblo de Vathi, no es el pueblo de Odiseo, para
sorpresa nuestra. El pueblo de Odiseo se encuentra más al noroeste de la isla,
en Stavros. Así que decidimos ir al día siguiente.
Ceramica contemporánea a la época de Odiseo, museo de Vathi- Ithaca
Stavros no es
más que una plaza con una enorme iglesia y cuatro casas esparcidas, quedan unas
ruinas que dan vestigios a lo que podría ser el palacio de Odiseo. A las
afueras hay un pequeño museo con restos de cerámica ( muy interesante). Desde
el pueblo baja una pendiente a la bella playa de Polis, con cultivos y aguas
tremendamente cristalinas ( cueva de Loizos )
PLAYA DE
POLIS EN STAVROS, PUEBLO DE ODISEO
Solo de pensar que esas mismas arenas fueron pisadas por
Odiseo, me llena de escalofríos. Al mediodía, con un calor asfixiante,
decidimos tomar una ensalada griega típica con feta ( queso de cabra tierno
) y partimos hacia el interior a Exogi
donde queremos ver una iglesia bizantina.
Los pueblos del
interior están medio abandonados, muchas casas están vacías en décadas,
probablemente desde la segunda guerra o la dictadura Griega que causo una gran
inmigración a Alemania y Estados Unidos.
Seguimos hacia
Platrithias y Anogi. Mirando en el mapa nuestro siguiente destino, se nos cruza
un ganado de cabras y su cabrero que no está acostumbrado a ver turistas por
los llares, se acerca pensando que estamos perdidos. Nos observa y nos pregunta
de donde somos. Afortunadamente nuestras clases de Griego y un año de estancia
en el país dan sus frutos. Nuestra conversación es breve y nos hace saber que él
nunca salió de Ithaca. Ha oído de España pero no sabe donde esta pues cree que México
está al lado, por unos culebrones que ve en la tele. Le comentamos que no
necesita salir de la isla ya que la isla le ofrece todo lo que hay en el mundo,
nos mira con una sonrisa y unos ojos brillantes de orgullo, porque en el fondo
sabe que desciende de Odiseo.
Proseguimos
nuestra excursión por algunas calas de infinita belleza y aguas cristalinas, si
algo me impacta es la calidad de sus aguas.
PLAYA CERCA DE AETOS
Al anochecer
cenamos en una taberna de la bahía, vino blanco ( aceptable ) y boquerones
fritos. Partimos al día siguiente, tres días en la isla nos ha llenado las
pilas y un profundo sentimiento de gloria.
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