miércoles, 13 de febrero de 2013



                                                                    ARKTOS - Apktoç

Zeus que era un poco pendón, disfrutaba de un paseo por el bosque. Descubre entre las zarzas a la bella Calisto (diosa cazadora, ninfa de los bosques) preparándose para tomar un baño, al borde del rio, quitándose el broche de su vestido y la cinta que sujetaba sus dorados cabellos, ofreciendo su cuerpo desnudo y sus blancos pechos a la vista de Zeus que permanece oculto. Prendido de amor por tan grata belleza, seduce a Calisto que todavía no había conocido varón, encajados caldean sus huesos.

Difícil es la culpa que no se delata en el rostro, ruborizada, Calisto da señales de su estado al perder la virginidad que ostentan las ninfas. Hera, esposa de Zeus, descubre la infidelidad, presa de rabia y de celos convierte a la bella Calisto en una osa velluda, así como a su hijo Arcas que goza de cinco años de edad. Heridos los sentimientos de Calisto que vaga por los bosques aterrada, ansiaba le atravesaran el pecho con una lanza.

Zeus que todavía ama a Calisto, tiene compasión por ella y la sube a los cielos, escondiéndolos entre las demás constelaciones. Haciéndola inmortal, la sitúa en el centro del firmamento, de modo de que nunca sea oscurecida por el abismo azul, acompañada por su hijo Arcas, guardián de la osa mayor.

En Griego antiguo OSA se escribe “arktos” de ahí árticos o ártico donde se ve la osa mayor. Y antárticos “no árticos” donde no se ve la osa mayor.

Relato extraído de la mitología griega, interpretada por Joaquin Verdeguer Garcia.

Con este relato se despeja una incógnita que siempre rondo mi cabeza.