domingo, 17 de noviembre de 2013

DE RUTA AL CORAZON DE GRECIA.

                                                                                              Por Joaquin Verdeguer
  
Tras varios días de mal tiempo, decidimos dejar el barco y alquilar un coche para visitar el interior de Grecia. Nuestra primera parada es Metsovo, en las montañas del Pindo, un pueblo de estilo alpino que actualmente vive del turismo local y de la artesanía hecha en madera.

vistas sobre el valle del Pindo
 
 

 
Todavía quedan algunas cubiertas tradicionales de piedra
 
Plaza central de Metsovo
 

 Son famosos los tejados de losa de pizarra, aunque en la actualidad la teja está sustituyendo a la tradicional de piedra. A pocos kilómetros se encuentra Ioannina, una ciudad con más de 1000 años de historia. Le debe su nombre a la desaparecida iglesia construida en honor a San Juan Bautista, tras la toma de Constantinopla por los cruzados. Imprescindible visitar el Kastro medieval. En su interior, se encuentra la biblioteca otomana, la mezquita de Aslan Aga y varios restos de la misma época. Deambular por la ciudad es un verdadero placer, sobre todo el muelle medieval y sus callejuelas, donde todavía se conservan viviendas en piedra de sillería.
Ioannina rodeada por el lago Pamvotida
                              
Las algas del lago forman un conjunto marmóreo
                               
 
Dejamos la cuidad, para llegar a Meteora, enclave mitológico que significa “en el aire/ suspendido en el cielo”.

Estaba Zeus construyendo su palacio y colocando los primeros pilares, cuando tuvo que desviar el paso del rio para buscarle la salida al mar……Asi es como trata la mitología para explicar tan extraño lugar….sin embargo es un conjunto volcánico que quedo sumergido por las aguas hace 30 millones de años, produciendo la erosión del valle del actual rio Peneo, en la región de Tesalia.
Pilares del palacio de Zeus
                                             
 
A principios del siglo X los primeros eremitas encontraron el lugar propicio para el rezo y la vida ascética, ya que se pensaba que cuanto más alto, más cerca de dios. Estos vivían al principio en las cuevas formadas en la base de las formaciones rocosas, acudiendo a la iglesia ‘'Panayiá Zoodojos Piyí’' (Santa María de la Fuente de la Vida), que aún hoy en día se mantiene en pie.

En el siglo XIV, llegó al lugar proveniente del monte Athos, un monje llamado San Athanasio el meteorita fundador del primer monasterio, conocido como Gran meteor, sobre una roca de 330 m de altura. El acceso se realiza a través de rampas y 146 estrechos escalones tallados en la propia roca, con gran inclinación.

Monasterio Gran Meteor
 
Gran Meteor visto desde el valle
 
Monasterio Agios Stefanos
 
 
Monasterio de Roussanou
 
 
 Monasterio de Roussanou visto desde el valle
 
 
 Roussanou visto desde Agios Stefanos

                                                                  

El monasterio de Barlaam, fue construido en el año 1541, es una isla en medio de un mar de piedra donde impera el silencio. Cerca de 24 monasterios fueron construidos en el siglo XIV, entre los 500 y 600 metros de altura, buscando la protección de la invasión Turco-otomana. A día de hoy solo quedan 6, el resto fueron destruidos por los alemanes en la segunda guerra mundial.


 
 
Monasterio de Barlaam
                                                  
Monasterio de Barlaam, visto desde Gran Meteor
                               
 
Los Monasterios son un conjunto cerrado de edificios de estilo Bizantino que forman un patio, en cuyo centro se ubica la iglesia principal “katholicon” con  grandes frescos desde el suelo al techo.  En el refectorio se ha instalado un museo donde se expone el tesoro del monasterio (manuscritos, íconos y objetos sacros, evangelios del siglo XVIII y otros objetos de gran valor histórico).

Capilla del Monasterio de Barlaam
 
 
Estilo Bizantino del monasterio
 
Monasterio de San Nicolás
 
Monasterio de San Nicolás visto desde Barlaam
 
 
Los exploradores Jane y Ximo