sábado, 21 de noviembre de 2015

TURQUIA

LA COSTA LYCIA – TURQUIA

                                                                                                Por Joaquin Verdeguer


Muchos navegantes no apoyaron nuestra decisión de navegar mas allá de lo que podríamos llamar la frontera de Europa, como si después del Egeo ya no existiese nada mas, ofreciendo mil excusas: el problema de los depósitos y sus desechos, lo estricto de las gestiones y leyes turcas, el peligro de sus costas, la precariedad política, etc.   Pero todo ello no hizo mella en nuestra decisión de seguir rumbo al sol naciente y llegar a las costas de Chipre. Desgraciadamente los actos de la primavera árabe y la guerra de Siria han revolucionado el próximo oriente generando inestabilidad tanto por tierra como por mar. Tres destructores y un portaaviones distorsionan rompiendo el nítido horizonte. Sabemos que en Chipre hay una base de la OTAN y que la costa Greco/Turca no está en sus mejores momentos. Pero en ningún momento sentimos que ello nos pueda afectar y seguimos navegando con ilusión y ganas de llegar a Fethiye. Hemos salido de la isla de Rodas sobre las 10h después del papeleo en aduanas, la travesía ha sido muy placentera apenas 12 kn y he podido sacar Génova y Trinqueta, mi navegación favorita. Al llegar a la costa Turca el viento varia y se encañona en la bahía de Fethiye con 27 kn por suerte nos viene de aleta entrando en la marina sobre las 18h. Todavía nos quedan unas horas antes del anochecer, que aprovechamos para hacer la entrada en el país y entregar la documentación en la marina. Curiosamente nadie de momento viene a inspeccionar el barco. Hacemos amistad con nuestros vecinos británicos por babor y alemanes por estribor.
Fethiye es una ciudad de unos 40.000 habitantes que se extiende en forma de herradura, su bahía interna está muy protegida de los vientos y el fondeo es excelente. Su casco antiguo con calles peatonales tiene un encanto especial, pero lo más sorprendente es su precioso mercado al aire libre cerca del rio. Otro atractivo es el mercado cubierto de pescado en forma de plaza y restaurantes alrededor, donde puedes hacer la compra a tu gusto y los restaurantes te lo cocinan en el acto.

                                Entrando en la bahía de Fethiye.
                                Pangea fondeado en la bahía de Fethiye.
                                La marina.
                                Vistas del pueblo.
                                El mercado al aire libre.
                               Sus famosos quesos de cabra.

En la ladera hay un pequeño teatro en vías de recuperación, con la idea de darle el uso que se merece en las noches de verano para el público que quiera disfrutar de los actos teatrales. En la misma, ladera más arriba, se encuentran unas sorprendentes tumbas que recuerdan a las famosas fachadas de Petra. Se trata de los antiguos Telmesios pueblo que dominó la costa Lycia hacia el siglo IV a.c.

                                            Tumba de Amyntas.

A las tres semanas levantamos el fondeo con gran pereza. Con un viento apacible bordeamos la costa descubriendo playas vírgenes, algo inaudito para una sociedad de consumo, pero esta parte del mundo todavía mantiene su respeto por la naturaleza, los turcos han aprendido de los errores de occidente.

                                Playas de Patara.

Llegamos a Kas por la tarde sin contratiempos, pero decidimos fondear a pocas millas del lugar, en Bayindir y disfrutar de un poco de intimidad. El agua es tan cristalina que nos asombra, al poco de fondear vemos tortugas, peces y calamares.

                                Bahia de Bayindir.
                                Calamar paseando delante de nuestras narices.
                                Fondeados en sus aguas cristalinas.
                                Las tortugas emergen sin cesar.

Tras cuatro días de fondeo y ante la previsión de fuertes vientos decidimos por fin entrar en la marina de Kas.

Kas antigua Antiphellos  es uno de los pueblos más bellos y con más encanto del litoral, con aproximadamente 20.000 habitantes y buenos servicios. En estas costas se enamoro  Marco Antonio de Cleopatra.
                                Vistas de Kas.
                                La plaza.
                                Sus calles.

Desde Kas hay buenas combinaciones para ver el interior, la flota de autobuses es extensa y no abusan en los precios. Decidimos descubrir Patara antigua ciudad romana, de la que quedan pocos restos pero de gran calidad, su teatro ha sido dignamente restaurado.



Patara fue una gran y prospera ciudad, con  puerto, actualmente desaparecido y cubierto por sus enormes dunas.

                       Playa de Patara, sus dunas solitarias cubren la entrada  del antiguo puerto.

Otro destino es la garganta de Saklikent., se puede optar por varios deportes acuáticos, rafting, donut, canoa o simplemente ascender hasta la cascada de origen aprox 6 km de recorrido y unas 4h de trayecto. Se empieza por una zona de restaurantes donde han montado las estancias de comidas en el mismo linde del río, de modo que puedes comer con los pies en el agua para refrescar de los calurosos días de verano. Una vez pagada la entrada se accede a una pasarela suspendida en el acantilado que te lleva a un islote del río, a partir de ahí puedes seguir a pie hasta el nacimiento. La sensación es de estar paseando por las tripas de la tierra, la fuerza de la naturaleza y su belleza no tiene límites. Es una excursión formidable.





El río baja con fuerza, es difícil mantener el equilibrio, el agua congelada me corta la respiración.
Entrando en las profundidades de la tierra.

                                Paz.
                                Se siente una magia especial en estas profundidades.
                                Tobogan.
El final del recorrido termina en cascada, como os podéis imaginar el agua esta…..esta!
                                Terminamos  con una buena comida y los pies a remojo.

Otra excursión cercana, es la antigua Myra con su famoso teatro romano y  tumbas lycias.
Ciudad creada por Alejandro Magno en el siglo iV bajo la protección de la diosa Artemisa, llego a ser la más importante de Lycia. Su teatro tiene capacidad para 13.000 personas.

Algunas de las tumbas llegan a tener tres pisos, completamente policromadas representaban escenas de banquetes funerarios.
                                38 gradas componen un perfecto semicírculo.
                                Mascaras en los frisos.
                                Ofrendas al dios Apolo.
                                Capiteles Corintios.

Olimpos es otro lugar que no hay que perderse. Ciudad romana renombrada por Cícero, se convirtió en la época bizantina en refugio de piratas.
Los fuertes terremotos en la zona han destruido prácticamente la antigua ciudad, de la que quedan importantes sarcófagos. Hoy es lugar predilecto de campistas y conciertos al aire libre. Muchas casitas de madera repartidas por el valle del rio ofrecen un agradable lugar de vacaciones respetando la naturaleza que se conserva virgen y de una belleza exuberante.






Decidimos volver al barco que es en definitiva donde mejor nos encontramos, claro es nuestro hogar  !!!!!
                                                                 FIN