EL GRUMETE
Cuento de Joaquin Verdeguer
Un día un joven grumete, cansado
de fregar la cubierta, repartir la comida, pelar patatas y limpiar el pescado,
fue a ver a su capitán para pedir un ascenso a marinero y tener así una vida
más relajada y poder satisfacer sus ambiciones de gloria.
El capitán le escucho con una
sonrisa en la boca recordando que él también fue grumete en su juventud.
-
Tienes mucha razón, pero antes de ascenderte y
como ya eres todo un hombre, ven toma un vino conmigo.
El joven grumete que no estaba
acostumbrado a beber y con el balanceo del barco se quedo dormido. En su
profundo sueño se vio ascendido a marinero de primera, con su impecable traje
azul y galones rojo y blanco. Era tan apuesto que todos le miraban con buenos
ojos y muy pronto fue ascendido a capitán. Siendo capitán le asignaron un buque
y con él, logro detener a unos piratas con un importante botín en oro y
diamantes. Este acto le valió una buena recompensa y el rey teniendo noticias
de su valor lo ascendió a comandante. Siendo comandante (el más joven del reino)
los demás comandantes temiendo por su puesto idearon una escaramuza para que
quedara en ridículo. Así fue y tras su deshonor, fue enviado a una lejana
provincia insular lejos de su familia e hijos. El pobre grumete sufrió mucho el
destierro, no era feliz y le costaba mucho mantener la paz en la provincia,
además de correr su vida en constante peligro. Un día el rey descubrió lo que
había sucedido realmente y condeno a sus comandantes, trajo de vuelta a su
joven comandante y lo nombro jefe supremo de la flota. El joven grumete se
sintió tan feliz que caso a su hija con su prometido en un banquete sin igual, les regalo un bello palacio y un centenar de
caballos.
Pero las familias de los otros
comandantes presas de los celos y con ira intentaron calumnias, preparando un
nuevo plan. Hicieron creer al rey que tanto poder le había concedido a su joven
jefe supremo que ponía incluso al propio
rey en peligro ya que su verdadera intención era traicionar al rey y usurparle
el trono. Este, presa del pánico mando encerrar al grumete. Paso largos años en
las mazmorras y como remero en galeras, sufriendo las injusticias de aquellos
que le tenían celos y envidias. Cuando el rey descubrió la verdad, fue
personalmente a pedirle perdón, liberándolo de las galeras. Y para reparar tanto dolor le cubrió de
riquezas y placeres, pero el grumete ya estaba tan debilitado y su cuerpo había
sufrido tanto que murió.
En este acto el joven grumete
despertó sudoroso y entre nieblas vio a su capitán.
-
Acaso me he dormido y todo ha sido un sueño.
-
Eso parece mi joven grumete. – le contesto su
capitán.
-
El grumete lo vio todo muy claro, al no haber
vivido lo que había soñado, tanto dolor, codicia, envidias y sufrimiento, se
alegro de estar en su posición.
Debemos valorar y apreciar mas
quienes somos, la monotonía esta en nuestra mente, no en la vida.
“
La felicidad de tu vida depende de la calidad de tus pensamientos “ MARCO AURELIO.
FIN