martes, 9 de diciembre de 2014

EL BARCO FANTASMA


                                                                                                       Por Joaquin Verdeguer

Uno de los aspectos de interés en la vida de un navegante es la cantidad de gente ecléctica con la que te encuentras en los diferentes puertos del mundo, desde luego que somos una comunidad fuera de lo común, de la que estoy profundamente enamorado y otro tipo de vida me aburriría enormemente. Esta historia, más bien este drama ocurrió, pero para salvaguardar  la privacidad es mejor cambiar algunos datos, no lo cuento con la intención de cotillear, más bien por aprender de la vida.

 Fueron jóvenes, apasionados, soñadores y se amaban con locura, parecían cortados con las mismas tijeras, decidieron dejarlo todo y viajar a bordo de un barco para conquistar el mundo. Ella era una joven griega de una extrema belleza mediterránea, nariz fina y abundante melena ondulada color azabache con ojos rasgados a lo Sofia Loren, incluso la propia Nefertiti se habría sentido celosa. El venia del norte, de las estepas rusas, sus cabellos dorados y su porte, bien le daban el apodo de “Miguel Strogoff”. Las singladuras eran lo esperado y placenteras, pronto hicieron del mediterráneo su nido, Sicilia, Malta, Túnez, Grecia. Fruto de tanta felicidad nació un varón, Alexandros…. Su madre se entrego en cuerpo y alma por su retoño. Los años transcurrieron y Strogoff quedo en un segundo plano, desgraciadamente la bebida se fue apoderando poco a poco de él. La bella mujer decepcionada por la actitud de Strogoff se fue distanciando de la distancia que ella misma  había sembrado. Un mal día Alexandros ya un joven en edad universitaria le propuso a su madre volver a Atenas. La separación fue inminente, Strogoff siguió viviendo en el barco que al igual que él se fue deteriorando. En Atenas en una manifestación Alexandros fue víctima de un revés y perdió la vida. Ella quedo sola como esos árboles del Serengueti y se fue secando… su piel se quedo como la misma corteza (de hecho la llamábamos el árbol, antes de conocer la historia). Aquellas vidas quedaron aisladas por el destino, destruidas y tristes.

 
Cada mañana al levantarme veía aquel barco que parecía un barco fantasma, sin embargo en él vivía una vida, una vida desconocida para mi, parecía un barco abandonado  así como su ocupante que se arrastraba por los pantalanes. Donde quedaron las sonrisas, la alegría, los sueños, el amor, la ilusión por conquistar el mundo, donde fueron?, como la vida puede transformarse en algo tan cruel ?, dos vidas que tanto compartieron y que años después lo único que compartían era …….. la soledad.
 
                                                                                  FIN

 

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