POSIDONIA
Por joaquin Verdeguer
Pertenezco a la generación de Spielberg
y a su famosa película “Tiburón” que con 16 años me impresiono tanto que de
hecho durante muchos años yo no ponía ni los pies en el mar, no me mojaba ni
los tobillos. Cuando íbamos los amigos a la playa, ellos se daban el baño y yo
custodiaba las toallas y la nevera con el almuerzo. Fue ya con edad avanzada
cuando decidí romper con ese pánico y aprender a bucear. Al parecer el capitán
Cousteau venció sobre Spielberg.
Hace dos años estuvimos buceando
por Tailandia, para mi uno de los mayores paraísos de nuestro planeta. En ko
samui hacia muy mal tiempo así que decidimos coger el tren nocturno para llegar
a ko chang, la isla elefante. El buceo es extraordinario, aguas claras,
corales, mucha fauna de una isla casi virgen. El subconsciente tiene su función
y siempre supuse que acabaría mis días atacado por uno de esos tiburones
formando parte de esas listas de porcentajes. Sin embargo la vida todavía es más
cruel. Hace un año que noto molestias en el lado derecho de mi cabeza,
punzadas, frio y calor a la vez. De modo que fui al médico de cabecera, que a
su vez me mando al especialista y este pidió un TAC. Se trata de un pequeño
gusano (vermis filiae) de apenas 5mm que se ha albergado en mi cerebro, vamos
un “ocupa”. No es un caso frecuente pero según el médico ya se están dando
varios casos como el mío. La mama gusano pone los huevos en las hojas de
Posidonia que quedan prendidos, cuando el gusano sale del huevo, apenas unas
micras, este busca protección entrando en agujeros, si tú tienes la desgracia
de pasar por ahí en ese momento se instalan en el agujero de tu oreja y van
subiendo hasta tu cerebro. Los daños que causa este intruso todavía no están
diagnosticados, pero los hay.
Es por eso que os lo cuento, si
de pronto hago algo raro o digo cosas sin sentido, o me pongo a hablar tailandés,
no me hagáis caso, no soy yo. Tened paciencia. El neurólogo dice que lo mejor
en estos casos es que los amigos disimulen tu estado, dándote abrazos e
invitándote a comer una buena paellita. FIN