ANNE CAROLINE MacPERSON
Era el dos de mayo, lo recuerdo perfectamente
porque tengo gravado en la retina el cuadro de Goya del mismo nombre. El
comienzo del neoclasicismo y le era napoleónica que trajo a una España rural
una bocanada de aire fresco, la enciclopedia y la modernidad que no se afincaría
hasta 80 años después.
Estaba ahí flotando envuelta en
caracolillo, arrastrando un manojo de algas. La fui acercando con el bichero,
me recordaba la película “mensaje en una botella” de Kevin Costner. Curioso de
leer su contenido aunque no se apreciaba bien que es lo que contenía. Sería una
carta de amor?? . No me quería hacer demasiadas ilusiones porque conocía un
proyecto que precisamente se dedicaba a escribir cartas con el posicionamiento
para saber y estudiar cual era la corriente y trayectoria de esas botellas. Conseguí
subirla a cubierta y me quede mirándola un buen rato hasta que Jane me
pregunto.
-
La abres, o que?.
La abrí, salió un olor
desagradable y aparte la cara con un gesto de asco. Jane estaba tan impaciente
que me arranco la botella de las manos y empezó a sacar un plástico negro, había
algo dentro pero no sabíamos que era. Le costó bastante sacar la bolsa sin
dañarla teniendo los nervios a flor de piel. Abrió la bolsa cortando la parte
de abajo con las tijeras con sumo cuidado. Cayó un anillo que empezó a rodar
por la bañera y que tuve que parar con el pie, aparte el pie y lo cogí entre
los dedos, era un anillo de boda. ¿Quién metería un anillo de oro en una
botella?. Era un anillo pequeño probablemente de una mujer. Jane siguió cortando
la bolsa aguantando la respiración, contenía una carta, la desenrollo, entonces
vi que estaba escrita en inglés. Que suerte mi mujer es anglófona!!. Yo estaba
como un flan.
-
Que pone!!!.
Ella me miro inquisitoriamente.
-
Vamos traduce!!!. Me estas poniendo nervioso!.
Ella seguía sosteniendo el papel
y su cara se iba ensombreciendo más y más. No pinta bien me dije, pero estaba
ansioso como un niño el día de reyes.
-
Venga que dice!!!
Entonces Jane en tono serio empezó
a traducir la carta.
Plymouth 7 de octubre de 1993
“Me llamo Anne Caroline MacPerson
de Southampton. 18 de Hill avenue.
Hace un par de días he
descubierto las infidelidades de mi esposo. Utilizaba nuestro barco para sus
encuentros amorosos. George y yo llevamos 20 años de matrimonio. Al principio
del verano empezó a ser excesivamente atento y cariñoso, proponiéndome un año sabático,
e ir al caribe con nuestro velero. Me cogió por sorpresa y le dije que sí, sería
como una luna de miel. Pero ahora temo por mi vida, George hace cosas muy
extrañas y creo que ha planeado mi muerte accidental, quedarse con nuestros
bienes y volver con su amante. Si alguien encuentra esta botella póngase en
contacto con las autoridades Británicas.”
Me quede mirando a Jane atónito. Ella volvió a enrollar la carta y la introdujo en
la bolsa de plástico. Me levante para ver nuestra posición. Faltaban 20 millas
para llegar a Santa Cruz.
Después de formalizar el papeleo
de atraque en el puerto, fuimos directos a la guardia civil. Nos escucharon con
escepticismo y nos informaron que no era competencia de ellos, que fuésemos a
la policía nacional. Y fuimos. Nos atendieron muy bien cuando les explicamos
por encima lo que había sucedido.
-
Esperen un momento, informare a mi superior.
Dijo el policía del mostrador.
Nos recibieron en un despacho un
hombre de unos cincuenta años y una mujer joven de unos treinta. Contamos toda
la versión y les enseñamos la botella con su contenido. Les sorprendió el
anillo. Los dos policías se cruzaban las miradas constantemente.
-
Señor Verdeguer, aunque quisiéramos tomar cartas
en el asunto, no le podríamos ayudar. Primero, ustedes han encontrado la
botella en aguas internacionales, me dice usted que a unas 20 millas y segundo
han pasado 22 años, esto está prescrito y tercero puede tratarse de una broma.
-
Yo también lo he pensado, pero porque iba
entonces a dejar su propio anillo de boda? y más siendo de oro.
-
Sí, eso es lo que más nos inquieta. Llamaremos
al Consulado por si supiesen de alguna desaparición con este nombre,
intentaremos averiguar algo y les mantendremos informados.
Salimos de la comisaria
completamente frustrados; igual éramos
presa de una broma pesada. Pero el anillo??.
-
Nos vamos al consulado!! - Me dijo Jane- Yo no
me rindo tan fácilmente!!.
Nos costó encontrarlo porque al
taxista le aparecía otra dirección y recientemente se habían trasladado. Cuando
entramos no sabíamos ni cómo empezar ni a quién dirigirnos. Entramos en una
sala donde dos mujeres reían amistosamente, las interrumpimos y les enseñamos
la botella, la carta y el anillo. Después de leer la carta no soltaron palabra,
se miraron horrorizadas y la más mayor sin decir nada se levantó y se fue carta
en mano.
Minutos después apareció ella
junto a un hombre de edad avanzada con aspecto de rabino.
-
Pasen por favor. – nos dijo amablemente y nos
enseñó una diminuta sala que solo contenía cuatro sillas y una mesa ovalada de
estilo Chippendale tapizada en piel de color verde aceituna. No sabíamos quién
era el. Tampoco se presentó.
-
La señora Anne fue rescatada en alta mar a 200
millas al norte de Tenerife por un buque portugués que hacía la ruta Lisboa
cabo verde. – Dijo en perfecto castellano.- Jane y yo nos miramos incrédulos
pensando que habíamos sido víctimas de una broma pesada.
-
Pero entonces que significa todo esto?- le
pregunte.
-
Tengo mis dudas, pero ella dijo en su
declaración que su marido había caído al mar. Dio un MAY DAY por radio ya que
afirmaba no saber navegar, fue rescatada por el buque portugués y nosotros
enviamos a un marinero que trajo el velero a puerto que ella mismo vendió.
Después de formalizar los trámites volvió a Gran Bretaña.
-
Si pero no me cuadra.- le dije mosqueado.
-
Le entiendo, pero no podemos hacer nada.
Trataremos de contactar con la señora Macperson para devolverle el anillo. Déjennos
sus datos y un número de teléfono de contacto y si averiguamos algo se lo
haremos saber.
Nos despedimos
y salimos de la reunión con cierta frustración, nos sentíamos engañados, pero seguíamos
pensando que aquello no tenía sentido, fallaba algo.
-
Vamos olvídalo.- Le dije a Jane- Ya hemos
perdido bastante tiempo.
Pero la verdad
es que no podíamos olvidarlo.
Volvimos a
Valencia en Octubre después de siete meses de navegación. Sobre la mesa había
un montón de cartas que mi hermana había depositado en nuestra ausencia. La
mayoría eran de bancos.
-
Nos ha escrito Alisson. - le dije a Jane
ofreciéndole una carta con el timbre de la reina Elizabeth de Inglaterra
evidentemente. Lo di por obvio sin leer el remitente.
-
Es de Anne Caroline Demprey.- Me dijo Jane, que
la sostenía y leía con más detenimiento. Se me pusieron los ojos como platos.
Otra vez ella !!. Justo cuando habíamos conseguido olvidarnos del tema y pasar
página. Jane abrió la carta y empezó a leerla en voz alta frente a mí, buscando
una silla para sentarse, al verla, yo hice lo mismo. Sin dejar de escuchar.
Londres 3 de septiembre de 2015
Estimada
pareja.
Después de
tantos años, nunca creí que alguien encontrase una de las tres botellas que
lance al mar en esos días de desesperación. El consulado Británico de Santa
Cruz se puso en contacto con migo y creo que os debo una explicación.
Pasado el cabo
de san Vicente rumbo a Madeira, el tiempo empeoro, George había planeado
tirarme al mar aprovechando el mal tiempo, alegando un descuido por mi parte,
lo utilizaría como coartada. Sería difícil no creerle, estos accidentes ocurren
constantemente. En cierto modo yo me lo figuraba, por ello siempre estaba
atenta, para que él no me cogiera por sorpresa. Infravalore a mi marido cuando
lo vi apuntándome con una pistola. ¿De dónde la había sacado?. Las olas de
través mecían el barco con brusquedad, pero él seguía apuntándome. No lograba
gobernar el barco, así que puso el piloto para tener las manos libres y poder
disparar. Entonces vi que no se trataba de una pistola convencional, era la
pistola que usamos para disparar las bengalas. Sonó la detonación y la bengala
no me impacto, paso rozándome el cuello. El propio retroceso del disparo hizo
que George perdiese el equilibrio que junto al balanceo del barco hizo que él
mismo cayese al mar. Yo estaba muy aturdida y asustada.
Tarde mucho en
reaccionar, cuando lo logre, el velero ya se encontraba lejos del punto de
caída, no lograba verlo. Fue cuando active el May day para que alguien nos
rescatara. Los servicios de rescate peinaron la zona durante tres días sin
éxito. Fui rescatada por un barco portugués, el resto ya lo conocéis.
No quise
contarle a la policía lo que de verdad ocurrió, ni lo de la infidelidad. Solo
dije que había caído al mar por el temporal. A mi vuelta a Inglaterra recupere
mi apellido de soltera. Quería empezar una vida nueva. Estoy segura de que lo
entenderéis.
Me complace
que os quedéis mi anillo, yo no sabría qué hacer con él.
Atentamente Anne.
Jane giro el
sobre y sobre la palma de su mano se posó el anillo.
-
Que piensas hacer ?. Le pregunte
-
Creo que me lo voy a quedar en su recuerdo. Y se
lo inserto en el dedo.
A fecha de hoy
lo sigue llevando.