AVES
Por Joaquin Verdeguer.
Polizón a bordo, navegando cerca de Malta
Es curioso el enorme vínculo que
tienen las aves en la vida del navegante, probablemente porque nave y ave son
dos símbolos de libertad, probablemente porque ambas vuelan desplegando sus
alas, flotando suspendidas al ritmo del viento, en un baile con la naturaleza,
pura poesía eólica.
Soy afín a las aves, mis eternas
compañeras y aliadas, ellas me han acompañado y arropado en temporales en el golfo de
León, en el norte de Creta, en los fiordos Noruegos.
Ellas te pueden sorprender en los
momentos más insospechados, y no tienen por qué ser aves marinas incluso las
terrestres pueden aparecer incluso a más de 50 millas ( 90Km ) del litoral.
Recuerdo aquella paloma que
apareció al ocaso volviendo de Ibiza en mitad de la travesía, resguardándose en los brazos de Sergio que se
encontraba tumbado en la bañera. No se movió en toda la noche por miedo a
ahuyentarla y completamente alucinado. Al alba alzo el vuelo sin más. Que hace
que una paloma alce el vuelo apenas te acercas a ella en medio de la plaza del
pueblo y sin embargo se te echa a los brazos en medio del mar ?. O aquel pajarillo
que apareció en medio del temporal que
nos sorprendió al norte de Creta con 64 Knt ( 115 Km/h ) de viento. Se posó sobre la mesa de la bañera al refugio
del bimini, la cortina blanca de lluvia caía con tanta virulencia que lo habría
proyectado al mar sin miramientos, siendo pasto de algún depredador sin
escamas. Aquel pajarillo prefería la compañía incierta del hombre, temblando
como estaba. Nosotros le dimos cobijo e
involuntariamente él nos lo dio a nosotros, que estábamos tan asustados como él.
Pierden las aves el miedo al
hombre en alta mar ?. Yo creo que existe una perfecta simbiosis psicológica. Yo
te guio y tú me acompañas. De modo que ambos podemos volar en libertad.
FIN