CRETA, LA GRAN DESCONOCIDA
Por Joaquin Verdeguer
Cuando llegas a Creta dejando por
popa la isla de Kithera, después de una navegación dura por los vientos del sur
en una mar agresiva y cruzada (aquí es donde se encuentra el mar Jónico con el
mar Egeo), su geografía te impacta tanto, que olvidas lo dura que ha sido la travesía.
Su cordillera de 2.500m de altura
frente al mar con las cumbres nevadas te hace sentir que has llegado al fin del
mundo o a uno de esos lugares de ciencia ficción. Cuando descubres Creta ya
cerca de la costa, entiendes porque Idomeneo antiguo rey de Creta tras llegar
de Troya en un arrebato de euforia hizo la promesa que hizo a Poseidón.
“ Idomeneo rey de Creta, compañero de Odiseo en
la toma de Troya, tras la victoria, vuelve a Creta. Durante su viaje de regreso,
viendo el perfil de su bien amada isla, lleno de gozo y en agradecimiento por
la travesía, invoca a Poseidón prometiéndole en sacrificio a la primera persona
que encuentre en la isla. El fatal destino hizo que su propio hijo, al ver
desde palacio llegar las naves con los estandartes de victoria, fuese al
encuentro de su padre acercándose a la playa. Idomeneo se vio obligado a
inmolar a su propio hijo y cumplir su promesa. “
Nuestro primer puerto de recalada
es Hania. Antaño, capital de la isla, perdura su estilo Veneciano y algunos
edificios de la época otomana. Lo mejor de Hania es el bullicio ordenado, la
ciudad vive intensamente alrededor del pintoresco puerto medieval ofreciendo un
entramado de callejuelas repletas de plazas, restaurantes y tiendas con gusto y
estilo mediterráneo. Su gastronomía tan peculiar difiere de la tradicional
griega.
De no encontrar sitio en el
pequeño puerto veneciano, se puede fondear en la isla que está en frente o
buscar refugio en el puerto de Kolimvari, hay que tener especial cuidado en la
bocana ya que se generan dunas de arena en el fondo. Desde Hania es muy
recomendable visitar el interior, sus pueblos de montaña y su gastronomía la
hacen excepcional, las viandas a fuego lento son exquisitas. Tomando la
carretera que va al sur en dirección de las gargantas de Theresino, se puede
hacer un alto para el almuerzo en Theriso y luego proseguir a Zurva, Mescla y
Fournes para volver a Hania.
El segundo puerto de recalada es
Rethimno, más moderno pero igual de limitado, se puede fondear delante de la
bocana que está bastante protegido. Lo espectacular de la ciudad es la
fabricación artesanal y centenaria del postre “Baclaba” , se puede visitar el
taller familiar en el casco medieval. Sin salir de él, se puede visitar el
castillo en buen estado y perderse en el entramado de callejuelas del bario
tratando de elegir entre tantos fantásticos restaurantes con patios interiores
que mantienen el frescor por su construcción en piedra.
El
tercer puerto de recalada es Iraklion, la actual capital, su enorme puerto
alberga los ferris y cruceros, el espacio para el visitante es muy limitado ya
que el puerto veneciano está repleto de barcos locales, con un calado
restringido. Pero no por ello hay que saltárselo, aunque la ciudad no tiene
mucho que ofertar, su museo si merece la pena por su riqueza de piezas de gran
valor arqueológico. Las calles peatonales hacen la delicia del paseante. Imprescindible
el palacio de Knossos que se encuentra a tan solo 7km del centro, cuna de la
civilización Minoica una de las primeras civilizaciones fechadas del 2600 al
1100 AC. Lugar mitológico del laberinto del Minotauro, Teseo y Ariadna.
El cuarto puerto de recalada es
Malia, limitado el acceso en la bocana por formación de dunas, pero ofrece muy
buen resguardo y una alternativa si no se encuentra sitio en Iraklion. Malia es
un pequeño pueblo que vive del turismo vacacional, sus gentes son extraordinariamente
amables y atentas, siempre dispuestos a ayudar ante cualquier adversidad. Desde
el pueblo se pueden hacer excursiones al interior visitando los poblados de la
meseta de Lassithi. Cogiendo la carretera del sur se llega a Mochos, siguiendo
al sur a Kera para ir a Avrakodes y Konstadinos donde hay un museo folklórico,
la zona es tremendamente bella, se puede volver por Neapoli y llegar de nuevo a
Malia.
El quinto puerto de recalada es
la marina de Agios Nicolaos, es la única marina de toda la isla, sus precios
son decentes y el servicio es extraordinario sobre todo el travel lift,
trabajan con esmero y dedicación a muy buen precio. La cuidad tiene un lago
natural en pleno centro rodeado de buenos restaurantes. El invernaje es muy
bueno ya que el tiempo es incluso mejor que en verano cuando sopla el Meltemi
durante los meses de julio y agosto. Pero su protegida bahía y la islas de
Spinalongas con su puerto natural hacen la delicia del navegante.
El sexto puerto de recalada es
Sitia. Parada obligatoria para los que quieren cruzar a la isla de Rodas ya que
en el estrecho el tiempo suele ser malo con mucha ola y viento. Si por causa
del mal tiempo no se puede cruzar, se puede realizar una bella excursión a Exo
Mouliana y ver las cataratas del rio Rixti. El pueblo ofrece buen amiente, buenas tavernas y
tranquilidad.
FIN